La Biometría Óptica es una prueba utilizada en oftalmología para obtener la medida de ciertos parámetros oculares que se requieren a la hora de calcular las lentes que se colocan en el interior del ojo o lentes intraoculares: ya sean las que sustituyen al cristalino en la operación de cataratas o las lentes que se colocan delante del cristalino para corregir defectos de graduación cuando el cristalino es aún joven.
La biometría óptica y la biometría láser miden:
El biómetro o equipo que realiza la biometría ocular, puede ser de 3 tipos: biómetro ultrasónico (utiliza ultrasonidos para medir), biómetro óptico (realiza mediciones utilizando luz infrarroja). En la actualidad contamos con una nueva tecnología que es el biómetro láser con tecnología sweep-source que ofrece imágenes tomográficas (OCT) muy precisas.
La biometría ultrasónica requiere contacto con el ojo y por tanto induce a errores de medida, por lo que actualmente ha sido superada por las otras 2; la biometría óptica es hasta el momento el “gold standard” ya que no es necesario tocar el ojo y es fiable, segura y rápida, aunque puede no ser efectiva en casos de medidas complejas como cuando hay una catarata muy grande: en estos casos es donde la biometría láser puede ofrecer grandes ventajas y supone una ayuda más.