La queratometría consiste en determinar la curvatura de la superficie corneal anterior (los meridianos más curvados y planos), expresada en dioptrías o centímetros de radio de curvatura.
Generalmente esto se hace con el autorrefractor que se utiliza para medir la longitud axial, pero si no está disponible o no es apropiado, se puede realizar una queratometría manual o una topografía corneal. Durante el siglo pasado, la información cuantitativa sobre la superficie corneal se obtenía prácticamente de forma exclusiva mediante queratometría en el ámbito clínico.
Ha demostrado ser útil tanto para la adaptación de lentes de contacto sobre córneas normales como para otras aplicaciones, como el cálculo de la potencia de lentes intraoculares. Aunque cada vez es más habitual en las consultas la presencia de sistemas de topografía corneal más modernos, el tradicional queratómetro siempre está presente; y dada su relevancia histórica, como el importante papel que sigue desempeñando en el ámbito clínico actual.
Es un instrumento que proporciona el valor del radio de curvatura de la cara anterior de la córnea en su zona central situada delante de la pupila.
Fue diseñado para determinar los radios de curvatura de los meridianos principales en la zona apical de la córnea, pero esta definición es incorrecta ya que en realidad mide curvaturas en la región paracentral.
Para ello se supone que la córnea es esférica, lo que provoca imprecisiones a la hora de medir curvaturas en superficies altamente asféricas.