La oftalmoscopia binocular indirecta (BIO) es un procedimiento de diagnóstico mediante el cual un médico utiliza una lente condensadora y un sistema ocular montado en la cabeza para observar las estructuras de la retina. Esta técnica tiene un mayor alcance para el examen dinámico debido a la movilidad que ofrece el hecho de que los oculares no están fijados a una mesa. El paciente puede estar en posición supina o sentado con la cabeza inclinada en un ángulo cómodo. Las lentes condensadoras que se utilizan para el examen BIO tienen un mayor aumento y un perfil de campo de visión más bajo en comparación con las lentes de biomicroscopía con lámpara de hendidura. Como sugiere el nombre, la imagen formada es de naturaleza indirecta, lo que significa que está invertida y revertida. La distancia a la que se debe mantener la lente frente al ojo del paciente varía según la potencia de la lente. Como regla general, a medida que aumenta la potencia dióptrica de la lente, aumenta el campo de visión, disminuye el aumento y disminuye la distancia de trabajo. Es una práctica general dilatar a los pacientes para un examen BIO, en los casos en que la dilatación no es posible o los pacientes tienen pupilas inherentemente pequeñas (neonatos o geriátricos) son apropiados los lentes de mayor potencia.