Refractores manuales
Los refractores manuales requieren que el oftalmólogo ajuste diversas configuraciones mediante perillas y diales. El proceso implica varios pasos para cada ojo, entre ellos:
- Ajuste de la esfera: el operador ajusta manualmente la lente para determinar la corrección esférica necesaria para la miopía o la hipermetropía.
- Alineación del eje: el cilindro transversal se utiliza para identificar el eje del astigmatismo.
- Ajuste del cilindro: el operador gira el cilindro transversal para verificar el astigmatismo, asegurándose de que las marcas de potencia estén alineadas con el eje correcto.
- Comprobación de la esfera: se realizan los ajustes finales para confirmar la potencia de la esfera.
Los datos recopilados durante el examen deben ingresarse manualmente en el historial del paciente, lo que aumenta la probabilidad de error humano y requiere múltiples entradas para la misma información.
Refractores digitales
Por el contrario, los refractores digitales optimizan el proceso de refracción mediante tecnología avanzada. Sus características principales incluyen:
- Entrada de datos automatizada: los sistemas digitales sincronizan automáticamente los datos de las pruebas previas directamente en los registros del refractor y del paciente, lo que elimina la necesidad de entradas manuales repetitivas.
- Control centralizado: Los ajustes de esfera, cilindro y eje se realizan desde un único panel digital, lo que permite al médico mantener una comunicación directa con el paciente sin necesidad de manipular múltiples perillas.
- Capacidades mejoradas: Los refractores digitales suelen incluir funciones como cilindros cruzados dobles para la prueba de astigmatismo, lo que permite la presentación simultánea de imágenes, lo que reduce el tiempo de examen y mejora la experiencia del paciente. También se integran con la historia clínica electrónica (HCE), lo que mejora aún más la eficiencia y la precisión.
- Mayor eficiencia: los profesionales que utilizan refractores digitales informan la capacidad de ver de dos a seis pacientes más por día debido al menor tiempo empleado en cada examen y a menos errores en el ingreso de datos.
Conclusión
La evolución de los refractores manuales a los digitales representa un avance significativo en la práctica optométrica. Los refractores digitales no solo mejoran la precisión y la eficiencia de los exámenes refractivos, sino que también mejoran la experiencia general del paciente, al permitir que los profesionales se centren más en la interacción con el paciente que en los ajustes manuales y la introducción de datos. A medida que la tecnología avanza, los sistemas digitales se están convirtiendo en el estándar de la industria, ofreciendo una clara ventaja sobre los forópteros manuales tradicionales.
